Son las 16:28 de un lunes de abril, lo único que tienen de especial los lunes para mi es que el bar que frecuento está cerrado. Hoy toca beber unas latas a solas. Estoy acostumbrado a la soledad, pero los lunes echo de menos a Erla, a sus conversaciones conmigo entre gente que pasa a por un café rápido. Ultimamente también hablo con los otros alcoholicos, eso me gusta menos. Será que son como un espejo. También hay ludópatas que pierden doscientos euros mientras yo tomo dos cervezas. Mi adicción cuesta sólo tres.
Odio el sonido de las putas maquinitas. Y a veces, las conversaciones de los demás borrachos toman tal tono que no puedo hacer otra cosa que mirar a Erla, sonreir y ponerme los cascos. Pero ni con esas me aislo del ruido, ayer estaba escuchando a Los Planetas al máximo volumen que permite mi movil, de repente todos gritan goool¡¡¡¡¡¡, yo di un respingo en mi taburete. Aquellos cabrones me sacaron del trance sólo porque una puta pelotita ha entrado en la portería del rival del Hércules. No entiendo que la gente ponga sus ilusiones en veinticinco tíos que no conocen de nada y cuyo único valor en esta vida es saber darle patadas a un balón.
Es curioso que cada día los periódicos deportivos se llenen de "noticias". Hay que escribir muchas tonterías para llenar cada día los tres o cuatro periódicos; y lo cojonudo es que se venden, y se "leen". A esta gente, algunos en paro, otros con suerte cobrando su sueldo de mileurista; parece ser que les gusta saber lo que cobra el jugador de moda. Pues a mí me molesta, que estos tíos que "trabajan" noventa minutos semanales ganen cantidades que, estando como está el mundo, me parecen inmorales.
Y definitivamente, prefiero el bolley playa, el femenino, y porsupuesto no me importa quien gane, sólo quién tiene el mejor culo.
Amén.
sábado, 24 de abril de 2010
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